Esas primeras citas en las que los nervios afloran viendo las manecillas del reloj acercándose inexorablemente a la hora fijada y no aparece nadie por la izquierda ni nadie por la derecha. Ese instante en el que estás a punto de largarte indignado por la impuntualidad del otro cuando en realidad aún quedan 5 minutos interminables antes de ver justificado el cabreo.
Inquieta espera - 29,7x21cm - Tinta y pastel blanco sobre papel Canson |
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